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Ante el riesgo que representan las vibraciones que se generan por el paso de vehículos para transporte de material, así como los trabajos de obras, estas alteran los pesos de las edificaciones aledañas a las nuevas construcciones; ambas, situaciones han generado un elevado número de molestias y quejas vecinales, por ello, Gabriela Salido, diputada local, presentó una iniciativa que reforma el artículo 94 de la Ley de Desarrollo Urbano.

La modificación plantea que las personas interesadas en obtener una manifestación de construcción tipo C, realicen el estudio de vibraciones para que se tomen las medidas adecuadas y no generen afectaciones a los alrededores.

“De este modo, se pretende hacer el análisis y estudio del verdadero impacto de las obras en su conjunto, para una misma zona, y no de forma aislada, pues el análisis hecho por la autoridad, puede ser parcial y no representar el verdadero impacto resultante”, explicó la congresista.

Por lo que la intención de esta propuesta, es que el análisis de estás condiciones sean realizados desde enfoque de profesiones como la ingeniería estructural, geotécnica y de la construcción, las cuales darán mayor certeza respecto a la magnitud su impacto

Es importante enfatizar que dentro de los procesos constructivos en sus diversas etapas se generan diferentes tipos de vibraciones que pueden afectar a las personas y a las edificaciones aledañas; tal es el caso de las actividades de compactación de suelo, actividad que es realizada para evitar un asentamiento excesivo de la construcción a futuro, sin embargo, este proceso debe ser ejecutado con las medidas y equipos adecuados a fin de mitigar los efectos en construcciones circundantes. 

En este sentido, es importante destacar el impacto que causarán la construcción de desarrollor inmobiliarios en las 7 zonas y 23 corredores prioritarios establecidos por el Gobierno de la Ciudad, en el proyecto de Programa General de Ordenamiento Tertitorial, por lo que es importante que se empiecen a platear medidas adecuadas para que evitar el menor daño posible.

“Por todo lo antes expuesto, es que este documento insiste en que es necesario que las personas desarrolladoras evalúen el impacto de las ondas que se generan con las vibraciones derivadas del proceso de construcción, lo cual ofrecerá la posibilidad de implementar acciones preventivas para reducir riesgos e impactos nocivos para las personas y su patrimonio, reduciendo con ello las quejas vecinales, lo que permitiría una mejor convivencia entre desarrollos y habitantes, lo cual sería en favor de ambos y por ende de nuestra ciudad”, concluyó Salido Magos.

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